Tomar la decisión de emprender no es fácil. Eso ya lo sabes. Sin embargo, también sabes que tu producto o servicio es bueno. Lo has desarrollado, perfeccionado y cuidado durante mucho tiempo para que sea la solución que tus clientes potenciales necesitan.
Tu familia, amigos y colegas te han dicho que el producto es excelente y que no hay otro igual en el mercado. O quizás hay otro parecido, pero el tuyo se ve más bonito o hecho con más amor. Listo, se va a la calle. Pero al parecer los clientes son más difíciles de lo que imaginabas porque lo que parecía una solución fácil de vender se ha convertido en un suplicio.
Tienes competencia que no sabías que existía, hay productos o servicios muy similares al tuyo y con una diferenciación más clara, tu marketing no es el mejor y además la economía del país no ayuda. ¿Cómo no lo viste antes?
La respuesta es sencilla: no hiciste el básico, pero muy necesario análisis FODA.
Un análisis FODA determina cuatro aspectos básicos de una empresa, proyecto o idea: Fortalezas y debilidades vs oportunidades y amenazas.
El FODA es uno de los pasos básicos de cualquier plan de negocios y análisis estratégico porque determina sobre qué piso estás parado y te provee las bases para levantar tu proyecto.
A simple vista, parece extremadamente sencillo. Y es justamente esta sencillez la que hace que estos los análisis no sean interpretados de la forma correcta. ¿Quieres aprender a hacer un análisis FODA bien sustentado y con una interpretación correcta? Sigue leyendo.
¿Qué es un análisis FODA y cómo ayuda a mi emprendimiento?
El sitio webEntrepreneur define el análisis FODA como “un análisis que busca identificar las Fortalezas y las Debilidades de una idea, proyecto o negocio, y asociarlas con las Oportunidades y Amenazas que nos presenta el entorno y el mercado”.
Si lo leemos con detenimiento podemos deducir que las fortalezas y debilidades corresponden a situaciones propias de nuestro proyecto o empresa, mientras que las oportunidades y amenazas hablan de las situaciones externas a la empresa, pero que la afectan de forma directa o indirecta.
Fortalezas: ¿Cuáles son las fortalezas de tu empresa o proyecto? Sabemos que estás enamorado de la solución que has creado así que conoces sus fortalezas a profundidad. Si es un producto, quizás sean los materiales con los que está fabricado, sus características propias, su tamaño, su variedad de colores o hasta su precio. Si es un servicio, piensa en los talentos, habilidades y destrezas que tú tienes o los que posee el personal que has contratado. Que seas capaz de comunicarte en más de un idioma es un valor agregado que tus clientes potenciales apreciarán cuando busquen un Asistente Virtual, por ejemplo. Igual sucede con la experiencia o la capacidad de manejar ciertas herramientas digitales que optimicen el teletrabajo. Cada una de estas fortalezas debe estar claramente determinada en el FODA y en tu plan de marketing de manera que puedas exponerlas ante clientes potenciales, nuevos clientes y clientes recurrentes.
Debilidades: Así como conoces a profundidad tus fortalezas, debes también tener conciencia de las debilidades de tu producto o servicio. Y aquí nos encontramos con el primer escollo. Estás tan enamorado de tu solución que te costará ver sus debilidades. Pero las tiene. De eso que no te quede duda. ¿Cuáles son o cómo determinarlas? Confronta a tu producto con los de la competencia y descubre en qué te ganan ellos. Puedes tomar en cuenta aspectos tan básicos como precio, tamaño, diseño, colores. Analiza también tiempos de entrega (si haces delivery), rapidez de servicio al cliente, garantías de satisfacción o devolución. Si trabajas desde casa, toma en cuenta aspectos como equipos tecnológicos, manejo de herramientas, espacios de trabajo entre otras. Si prestas servicios, ve más allá y analiza estudios profesionales, especializaciones y canales de comunicación como sitios web, redes sociales o blogs.
¿Para qué necesitas conocer tus debilidades? Descubrir “de qué pata cojea la mesa” te ayudará a mejorar esos aspectos y ponerte a nivel de tu competencia.
Oportunidades: Aunque las oportunidades pueden ser propias de tu proyecto o empresa, en los FODA suelen tomarse en cuenta las que son externas al mismo. Estas oportunidades pueden ser aprovechadas en el presente o preverlas con anterioridad y estar preparado para cuando lleguen en el futuro. ¿Qué son oportunidades? Cualquier situación de la puedas tomar ventaja: caída en los precios de la materia prima con la que elaboras tu producto, una mala decisión de tu competencia, la insatisfacción de los clientes de tu competencia, una beca que te ayude a especializarte aún más, etc.
Amenazas: Al contrario de las oportunidades, las amenazas son aquellas cosas que te perjudican, ya sean ejecutadas por la competencia, por el mercado, por la situación-país, etc. ¿Qué situaciones son consideradas como amenazas? La volatilidad de la economía, decisiones políticas, nuevos actores en el mercado o que tu competencia reciba un financiamiento de una empresa extranjera, por ejemplo.
La idea de determinar las amenazas es estar preparado para enfrentarlas. Pero ten en cuenta algo, no todas las amenazas se pueden enfrentar. Algunas hay que aceptarlas y tratar de llevarlas de la mejor manera posible. En este caso, hay que apoyarse en las fortalezas y tomar las decisiones educadas menos perjudiciales para tu empresa.
¿Qué errores evitar en un análisis FODA?
El especialista en gestión de proyectos, nuevos negocios y dirección estratégica, Diego Pasjalidis, determinó para Entrepreneur algunos errores a evitar:
1.- Confundir los términos: Muchos emprendedores tienden a confundir fortalezas con oportunidades y debilidades con amenazas. Y aunque conocen los aspectos a tomar en cuenta, no son capaces de ubicarlos en las casillas correctas. La forma más sencilla de evitar este error es recordando que las fortalezas y debilidades son propias del emprendimiento o proyecto y sobre las que tenemos poder de decisión, mientras que las oportunidades y amenazas son externas y en algunos casos no podemos hacer nada para promoverlas o evitarlas.
2.- Pensar que las fortalezas son solo del proyecto: Las fortalezas deben estar en contexto con el cliente a quien va dirigido el producto o servicio. Por ejemplo, una persona podría pensar que es una fortaleza tener un local en la avenida más cara de la ciudad, pero si tu cliente potencial no está en esa avenida, no es una fortaleza y se convierte más bien en una debilidad.
3.- No tener debilidades: Al hablar de las fortalezas, es probable que termines con una larga lista de aspectos. Pero cuando debes hallar las debilidades, te quedas en blanco. Si tienes problemas determinando las debilidades, busca a una tercera persona no tan cercana a tu empresa o proyecto y que tenga una visión neutral de lo que analizas. Para que no exageres con las fortalezas, determina las 5 mejores. Haz lo mismo con las debilidades.
4.- Dejarlo solo en el papel: Si ya has logrado determinar tu FODA, ponlo en acción. Cruza las variables y descubre cómo puedes sacar provecho de tus fortalezas con las oportunidades que te presentar el mercado y cómo puedes mejorar las debilidades, a pesar de las amenazas a las que te enfrentas.
Cuando hayas determinado tu FODA, recuerda que tu competencia seguro tiene uno similar ya que te ve como competencia y se enfrenta a las mismas amenazas. No desesperes. Recuerda que este análisis se hace para aprovechar tus ventajas (que son diferentes a las de tu competencia) frente a las oportunidades y para mejorar tus debilidades a pesar de las amenazas.
¿Hiciste un FODA? ¿Cuál fue tu mayor descubrimiento? Nos leemos en los comentarios.