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Aumenta tu capacidad de concentración. Hay personas que tienen el don de concentrarse de forma muy sencilla. Solo se sientan en su oficina, encienden el computador y comienzan a trabajar. Lo más probable es que hayan organizado su día desde la noche anterior, que tengan una lista de tareas por hacer con no más de tres asignaciones y que eliminen la mayor cantidad de distracciones de su entorno.

Sin embargo, tú tratas de hacer lo mismo y no te funciona. No eres capaz de concentrarte. Apagas las notificaciones, tienes horarios para revisar el correo electrónico, organizas tus tareas en una herramienta como Trello y por alguna razón que no logras comprender, estás disperso y hasta terminar la tarea más simple, te cuesta muchas horas del día.

¿Qué puede estar pasando? Aunque hay distintos factores a analizar, sería prudente que revisaras algunas situaciones básicas que podrían estar afectando tu capacidad de concentración.

Por ejemplo, ¿te mantienes hidratado? Consumir poca agua impide que tu cerebro funcione a su máxima capacidad. Y no, no valen las 7 tazas de café que tomas en la noche para mantenerte despierto.

La revista Entrepreneur establece 5 aspectos básicos que debes cubrir a plenitud para mantenerte enfocado y productivo en todas las situaciones de tu vida.

¿Está mi cuerpo preparado para mantenerse productivo y enfocado?

Aunque es muy importante enfocar los esfuerzos diarios en una o dos tareas importantes, establecer horarios revisar el correo electrónico o las redes y hacerte con alguna técnica de productividad, también debes cubrir de forma correcta los siguientes aspectos.

1.- Toma agua: Parece una recomendación fuera de lugar. Estamos hablando de productividad, no de salud. Sin embargo, la deshidratación tiene efectos devastadores tanto en tu cuerpo como en tu mente. Un vaso de agua al día no es suficiente. La deshidratación ocurre cuando tu cuerpo gasta más agua que la que consume. Un organismo con deshidratación media se siente cansado, tiene dolor de cabeza, está de mal humor y, por supuesto, no se puede enfocar.

Pasar mucho tiempo sentado en tu oficina, consumiendo bebidas con cafeína como café o té, puede dar lugar a una deshidratación. Y que bebas una bebida gaseosa no ayuda en nada ya que la cantidad de azúcar y otros componentes con las que son elaboradas aumentan la deshidratación en lugar de aliviarla.

La sed es señal de que el cuerpo necesita agua. No es indicio de una deshidratación grave, pero sí debes atenderla para evitar situaciones mayores. Te recomendamos levantarte de la silla e ir a tomar agua de forma periódica durante el día. También puedes tener a la mano una botellita de agua en tu escritorio y beber cada vez que sientas la necesidad. Aunque siempre es más saludable estirar las piernas y caminar hasta la cocina por un vaso de agua.

2.- Duerme: Otra recomendación básica, pero vital. La falta de sueño tiene un impacto directo sobre nuestra capacidad de retener información y mantenernos productivos. Pero la falta de sueño va más allá. No dormir impide que tu cuerpo combata de forma eficiente enfermedades como una simple gripa. Peor aún, si duermes menos de 5 horas al día, tu corazón puede comenzar a desarrollar enfermedades coronarias. Dormir poco incrementa el estrés en el cuerpo y el estrés es una de las causas de cáncer. De hecho, la ausencia de sueño está relacionada al cáncer de seno, de colon y de próstata.

Para ti, que eres un Asistente Virtual con obligaciones que tus clientes te han asignado, dormir menos 7 horas afectará la memoria, la capacidad de tomar decisiones, de razonar y resolver problemas. Catastrófico para tu trabajo.

Y como si fuera poco, dormir poco hace que aumentes de peso y que tu piel se vea cansada, opaca y con acné.

Recuerda, duerme por lo menos 7 horas cada noche y tómate un tiempo para meditar. Mantén el estrés y las enfermedades lejos de tu vida y aumenta la capacidad de concentración.

3.- Evita el azúcar y el exceso de carbohidratos: Cuando comenzamos a trabajar desde casa, caemos en la tentación de comer todo lo que tenemos en la despensa y en la nevera. Con la excusa de que debemos tener comida a la mano para perder menos tiempo en la cocina, compramos galletas, pan, dulces, papas fritas y cualquier comida chatarra, sobresaturada y llena de azúcar. Además, para mantenernos “hidratados”, somos capaces de beber cantidades absurdas de café o acabar con esa botella de gaseosa que sobró del fin de semana. ¿Qué pasa? Que nuestro cerebro se hace adicto a los azúcares simples. Tenemos un subidón de endorfinas, pero luego nos da un bajón que impacta de forma negativa en nuestra capacidad de concentrarnos. Además, sentimos la necesidad de ir por más azúcar. Al final, tu concentración se verá afectada, pero tu salud la pasará peor.

4.- Cuídate de las redes sociales: Ya lo hemos hablado con anterioridad. Las redes sociales son muy buenas para establecer relaciones con amigos, clientes potenciales y clientes. También resultan útiles para que te conozcan y poder demostrar tus conocimientos. Y, por qué no, son divertidísimas y te ayudan a mantenerte entretenido. Pero también son un hoyo negro en el que podemos caer de forma fácil y perder mucho tiempo en el scroll. Y el tiempo es el único activo que nunca podrás recuperar. Además, la adicción a las redes sociales está ligada a la depresión. Nos comparamos con otros, vivimos de likes, creemos que esa vida del otro que vemos en sus publicaciones es la realidad, nos dejamos engañar con vendedores de humo… Usa las redes de forma inteligente. Sigue cuentas que solo te aporten valor, establece relaciones sinceras con seguidores y seguidos y evita pasar horas viendo tus redes.

5.- No creas en el multitasking: Regla número uno de la productividad: haz una sola tarea a la vez. En la medida en la que vayas terminando una tarea, irás avanzando hacia las siguiente. Cuando tienes muchas tareas para realizar al mismo tiempo, no terminas ninguna y al final del día te das cuenta de que has comenzado 10 tareas distintas y todas están por la mitad. En cambio, cuando centras tu atención en una sola tarea hasta que la termines, avanzas en lo verdaderamente importante. Al final del día, verás cómo tu productividad ha estado al máximo porque has cumplido con las tareas que tenías que terminar. Recuerda: productividad no es hacer más sino hacer lo que debes hacer en el tiempo estipulado. “Pero, ¿qué hago si cuando estoy haciendo una tarea, me acuerdo de otra?” Simple, anótala y la atiendes cuando hayas terminado la primera.

Existen cualquier cantidad de técnicas para mantenerte productivo, pero si no atiendes estos simples aspectos de tu vida, tendrás dificultad para enfocarte. Toma agua, duerme, cuida la alimentación y la mente y ocúpate de una sola cosa a la vez. A partir de allí, ya puedes aplicar la técnica de productividad que mejor te resulte y ver como tu capacidad de enfocarte se fortalece cada vez más.