En nuestra cotidianidad, nos enfrentamos con la realidad de estar sujetos a una rutina diaria que nos adsorbe y de algún modo sentimos que nos controla la vida.
En la lucha de producir y generar ingresos emprendiendo en algo que nos guste o nos apasiona y por lo que estamos dispuestos a jugárnosla toda, surgen situaciones que nos impiden avanzar y ser más provechoso.
Nos esforzamos y a veces debemos añadir aún más fuerza para continuar y lograr las metas propuestas. Terminamos agotados y con poco ánimo de seguir.
¿Te identificas en algo de lo que lees hasta ahora? Entonces sigue leyendo a continuación.
Síntomas que indican que estás bloqueado y poco productivo.
- Comienzas un proyecto y das dos pasos hacia adelante y tres hacia atrás.
- No logras concretar nada de lo que te propones.
- Te sobre esfuerzas y al terminar el día sientes más cansancio que nunca.
- Te desconcentras con facilidad.
- Practicas la procrastinación no provechosa.
¿Te sucede eso? Seguro, y más seguido de lo que imaginas.
Estas barreras en tu mente ejercen tanta presión, al punto de bloquearte y paralizarte. Te afectan y no te permiten conectar con lo que es importante en tu negocio y lo único que quieres es salir de ahí. Lee a continuación, identifícalo para que sepas como enfrentarlo y darle solución.
Enemigos más comunes de la productividad.
- Falta de organización: El orden es fundamental en todos los aspectos de tu vida, tanto si estás en el hogar o en tu negocio. Te ayuda, te motiva y te facilita encontrar algo que urge en su momento, así evitarás pérdida de tiempo que puedes invertir en tareas productivas.
- Pésimo ambiente laboral: Aunque no le veas importancia, el espacio en donde te mueves y en general haces tus labores de emprendimiento; debe ser agradable de manera que genere tranquilidad y confort, para que tus tareas sean mejores y tu mente se sienta en estado relajado, acogedor y productivo.
- Poco descanso: Una de las cosas esenciales en tu vida laboral, debe ser respetar los espacios de relax. Las jornadas extensas de trabajo suelen ser matadoras y agresivas para ser productivo. La mente se sobrecarga, el cuerpo no resiste y el cerebro necesita nuevas energías para continuar.
- Procrastinar: ¿Dedicas mucho tiempo a otras actividades de menor valor y cuando por fin te das cuenta de que no has avanzado en lo que importa, corres y te apresuras de manera forzada para que te rinda?
No se trata de solo trabajar; pero dedicarle mucho tiempo al ocio improductivo es perjudicial para tu emprendimiento. Cuando aplazas lo que es relevante, pospones las tareas pendientes, dedicas tiempo a hacer actividades menos provechosas. ¡Ojo! detéctalo a tiempo y toma control de la situación.
- Desanimo: Son muchos los factores que te llevan al abatimiento y te desmotivan al punto de hacerte fallar en tus compromisos laborales y de emprendimiento. Este enemigo evita que avances y de esta forma afecta tu rendimiento. Adicional a estos los temas del hogar, problemas económicos, comentarios negativos de quienes te rodean, depreciación sentimental, etc. Tantas cosas afectan e influyen con desánimo y traen baja productividad.
¿Cómo enfrentarlos y vencerlos?
Si analizas un poco cada punto, te darás cuenta de que en ti mismo está la solución y que no necesitas sobre esforzarte para lograrlo.
- Evita procrastinar; las distracciones y a aquellos que lo hacen con facilidad, los que te involucran en sus momentos de ocio improductivo. No dejes que el celular, los juegos, las excesivas visitas al baño de manera innecesaria que al final sabes que son solo excusas.
- Practica la disciplina, organiza tu agenda, programa y respeta tus tiempos. Es necesario que te pongas metas durante el día. Puedes poner en práctica la ley de Parkinson, esta te ayudará a entenderlo mejor.
- No dejes que nada de lo que sucede a tu alrededor afecte tu estado de ánimo y acabe tu motivación por la cual te esfuerzas. Es normal las bajas de humor, lo que no es bueno es permitir que esto nos desenfoque desviándonos del propósito que tenemos.
Para lograr productividad en tu emprendimiento necesitas más que solo ganas de hacerlo; pero no te rindas, estás en el camino para lograrlo.
Nada de lo que enfrentas es más fuerte, que tu voluntad propia de lograr lo que anhelas y llegar hasta la meta que siempre ha estado en tu mente.
Ten presente el por qué has llegado hasta aquí y no te detengas hasta lograrlo.