Teletrabajo. Muchos lo soñaban. Otros ni lo pensaban. Pero de un momento a otro a todos nos tocó ir a casa y trabajar desde el hogar.
¿Ha sido sencillo? No, para nada. De hecho, cada vez vemos con más frecuencia como muchos teletrabajadores aprovechan las redes sociales para quejarse de la situación que viven al ejercer sus labores desde casa. Problemas de productividad, límites no definidos entre la vida familiar y la laboral, agobio profesional y hasta problemas de salud mental.
A juicio de la CEO de CiavGroup, Lily Izurrieta, el mayor problema fue que las empresas de la región nunca estuvieron preparadas para dar el salto al teletrabajo, aunque en muchas partes del mundo era una práctica cotidiana.
El teletrabajo les cayó por sorpresa. Al no tener herramientas o conocimiento para ejecutarlo de manera correcta, los empleados se han visto en situaciones muy incómodas que han soportado con tal de mantener sus puestos de trabajo.
Casi finalizando el 2020, muchas empresas han regresado a su modalidad tradicional de trabajo: todos en oficina. Sin embargo, algunas compañías le han dado la oportunidad a sus empleados de permanecer en casa para evitar complicaciones de salud.
Si este es tu caso, te presentamos las 10 buenas prácticas que tanto tú como tus superiores deben implementar para hacer del teletrabajo una experiencia enriquecedora, tomadas del sitio web MBA America Economía.
Las buenas prácticas del teletrabajo
– Dale importancia a la relación entre empleados y colaboradores: El aislamiento suele ser uno de los factores que más afecta la salud mental de los empleados. Como líder, es importante crear espacios para que el personal tenga momentos de esparcimiento y compañerismo. Puede ser por medio de la creación de un grupo de whatsapp en donde a una hora determinada puedan intercambiar experiencias en un tono más relajado o una videollamada grupal a final de semana para compartir un rato ameno.
– Dale intención a las comunicaciones: Cuando las comunicaciones se dan de forma digital, específicamente en texto, puede pasar que se malinterprete el tono de lo que se quiere decir. Por ejemplo, un mensaje en donde se pide un favor puede leerse como una exigencia. Por supuesto, esto causa malestar que afecta la relación entre el personal. En las comunicaciones por escrito, intenta ser lo más directo y claro posible, de manera de que no haya espacio para ambigüedades ni malos entendidos. Si deseas optimizar este tipo de comunicaciones, te recomendamos que uses herramientas para gestión de proyectos y asignación de tareas como Trello.
– Establece horarios: Desde el primer momento era necesario establecer horarios. Pero si este paso no se dio en ese momento, aun se puede hacer. Si bien hay trabajos que requieren de un horario de oficina, hay otros en los que se puede tener mayor flexibilidad. Sea cual sea el caso, lo importante es comunicar en qué horas estás disponible y a través de cuáles plataformas de comunicación. El objetivo de esta práctica es establecer una frontera definida entre tu vida profesional y tu vida personal, que sea respetada por todos.
– Conoce la diversidad del equipo de trabajo: Cada empleado vive una situación particular en su casa. Quizás haya alguna madre que tenga que lidiar con sus hijos en casa o un hijo con un padre enfermo al que cuidar. Sea cual sea la situación personal de cada uno, es importante que las conozcas y seas empático con ellos. Comprender estas circunstancias permitirá crear un plan de trabajo personalizado para cada uno, en la medida de las posibilidades, y dar paso a un ambiente laboral más ameno y productivo.
– Organiza tu espacio:Ten un espacio en casa exclusivo para trabajar. Organiza este espacio con los elementos necesarios para ejecutar tus tareas: escritorio, silla adecuada, computador, conexión a internet, papelería y artículos de oficina, etc. Aunque lo recomendado es que la empresa provea de todos estos elementos, sabemos que no es lo que sucede. Sin embargo, si requieres de algún elemento o herramienta y no está a tu alcance, debes pedirlo a tu empleador. Evita trabajar en la cama o en la mesa del comedor. Estos lugares afectan tu productividad.
– Establece roles y horarios: Si vives con otras personas, divide los oficios del hogar de forma que cada miembro de la familia sepa las tareas que debe realizar y los horarios en los que puede ser interrumpido. Porque sí, la casa y la familia siguen requiriendo cuidados y hay que atenderlos. Recuerda que estos horarios para desarrollar tu vida personal en casa debe ser compatible con tus horarios laborales.
– Administra el tiempo: Recuerda que el mayor enemigo de tu productividad es el multitasking. Si en la oficina, hacer mucho más durante la jornada era algo que te agobiaba, en casa la situación puede empeorar. Entre completar las tareas del trabajo, atender a los niños y hacer el almuerzo puedes no completar nada y afectar tus dos facetas. Recuerda que la productividad es hacer lo que tienes que hacer en el tiempo que lo tienes que hacer. Es decir, entender tus prioridades tanto laborales como personales. No olvides hacer cada mañana tuto do list con eso que es lo más importante.
– Descansa: Nadie puede ser productivo y eficiente si está sentado durante 8 horas corridas frente a un computador. Nadie. Olvida esa mentira. Tu cuerpo y tu mente deben descansar. ¿Cómo hacerlo cuando tienes un jefe exigiendo resultados para ya y una casa exigiendo cuidados cuanto antes? Establece una rutina que incluya estos descansos. Y si te cuesta mucho, apúntalos en tu agenda. También apóyate en técnicas de productividad como la del pomodoro que consta de establecer bloques de tiempo tanto para el trabajo como para el descanso. Aprovecha esas pausas para levántarte de la silla y estirar el cuerpo.
– Ejercítate: Ya sea una caminata por tu calle o 30 minutos de yoga cada mañana, mantén tu cuerpo en movimiento. No solo es bueno para tu cuerpo, sino también para tu mente. Un cerebro que tiene tiempo para ejercitarse, se mantiene activo y creativo. Perfecto para la empresa para la que trabajas y perfecto para tu vida personal. Descanso y ejercicio forma parte del autocuidado.
– Cuida tu mente: La salud mental importa. Y es de los aspectos que se han visto más perjudicados con el teletrabajo. Mejor dicho: con el teletrabajo mal implementado. Si algo te molesta, háblalo. Ya sea en el trabajo o en casa. Es importante que estés en paz y lejos del estrés para que puedas ejecutar tus tareas de la manera más óptima posible.
¿Qué otra buena práctica incluirías en este decálogo? Deja tu aporte en los comentarios.